En el talk show el chef internacional, que ha llevado el término de sibarita al extremo, compartió sus experiencias culinarias con más de 800 admiradores que llegaron a Espacio Riesco para disfrutar de sus vivencias y consejos.
Un animado encuentro tuvo con sus fanáticos el afamado chef internacional Anthony Bourdain el pasado lunes 16 de marzo en un talk show realizado en el Salón Don Alberto de Espacio Riesco.
En el evento, primero en su género que se realiza en Chile y auspiciado por la línea blanca de General Electric, el conductor del programa Sin Reservas, que se transmite por el canal de cable Discovery Travel & Living, conversó sobre las experiencias que ha obtenido a través de 28 años de carrera.
La velada comenzó con degustaciones de recetas del célebre cocinero realizadas por distintos chef nacionales en el Patio Polo del recinto.
Interacción con los fans
Una vez que los más de 800 asistentes ingresaron al Salón Don Alberto, Anthony Bourdain apareció entremedio de aplausos y comenzó con su exposición.
El chef comentó algunas experiencias obtenidas de sus viajes por oriente, las que destacó por el tipo de comida que se obtiene de lugares como Vietnam, China e India, además de hablar sobre la responsabilidad del viajero de probar las comidas locales.
Contó que la mayoría de las veces trata de “arrancarse” del grupo con el que está para conocer los sabores de los carritos de la calle. Dijo que cuando está en un hotel, le pide al conserje que le recomiende un restorán, pero éste le indica sitios de renombre y lo que a él le interesa realmente es dónde va a comer esa persona, pues es ahí donde realmente puede degustar la cultura culinaria de esa zona.
Recalcó sobre la importancia de ser un buen invitado, pues si el anfitrión le ofrece la comida más suculenta del lugar como por ejemplo corazón de cobra o serpiente enrollada, que sería un ejemplo en el medio oriente, hay que probarlas sin decir que le desagrada.
Luego de esto el trotamundos respondió las preguntas que los sibaritas nacionales le tenían preparadas.
Entre ellas destacó la participación de un productor de jamón patagónico, quien lo desafió a probar este producto y a dar su opinión al respecto, apuesta que el chef aceptó con agrado. Sorpresivamente, cuando otra persona estaba haciéndole una comentario, el sureño se subió al escenario y le ofreció un bocado, acto que al estadounidense le pareció gracioso, y luego de saborearlo dijo encontrar exquisito.
Entre otras anécdotas, están la invitación de una mujer a comer sopaipillas pasadas hechas por su madre y la intervención de una seguidora quien le preguntó si podía entregarle un regalo al final de la reunión.
Con respecto a Chile, Bourdain dijo que el lugar que le había llamado gratamente la atención fue el restorán El Hoyo, de Estación Central, al que calificó de excitante.
Recordó también el completo que se comió en Valparaíso y la variedad de sensaciones que le produjo, y agregó que jamás recomendaría el piure, frente a la sorpresa de los presentes que en su programa lo ha visto comer de todo sin chistar.